
Luis Rubiales contra las cuerdas. Tras haber anunciado el pasado viernes que no dimitirá como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), las repercusiones llegan a instancias legales y a la suspensión "con carácter provisional" de sus funciones por parte de la FIFA. Sin embargo, el hombre "invencible", al parecer, sacará otro as bajo la manga para continuar con vida, en un escenario donde no tiene el respaldo de nadie.
Con las declaraciones que dio en la asamblea extraordinaria de la RFEF, Rubiales se ganó el odio de todo el mundo. A nivel legal, inmediatamente se le impusieron denuncias por parte del Consejo Superior de Deportes (CSD), las cuales fueron derivadas desde la Fiscalía Provincial de Madrid a la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
En el avance de los hechos, hubo dimisiones de altos cargos de la REFE, como el de Rafa del Amo, vicepresidente de la federación, y otros representantes del fútbol nacional, como el de la Federación Alavesa de Fútbol, Kepa Arrieta. Por su parte, las jugadoras de la selección señalaron en un comunicado que "no volverán a una convocatoria" si Rubiales no se va.
El plan entre manos
Pero esto llegó más lejos. En cuanto supo la información la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), a través de su Comisión Disciplinaria, decidieron suspender "con carácter provisional" a Luis Rubiales, "de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional". Una crónica de una 'muerte anunciada' que, por lo visto, el hombre en cuestión tenía claro que iba a pasar y desde sus declaraciones ya tenía un plan entre manos.
Luis Rubiales, sabía lo que iba a venir. Por ello, había dejado desde antes a un sucesor en caso de inhabilitación. En esta línea, y tras todo lo ocurrido, el plan de Rubiales pasaba a un segundo paso: ganar tiempo. Con las denuncias en su contra ya en marcha, la estrategia de Rubiales es que, si la vía legal penal se aplica antes que la deportiva, "dejaría sin efecto ejecutivo el asunto que ya está en manos del CSD y el TAD", explican desde Relevo.
"Y éste es hasta ahora el gran temor de los opositores a Rubiales: que por el afán de acorralar al dirigente para castigarle cuanto antes, haya zancadillas dentro del mismo equipo. De ahí que el Gobierno esté más activo que nunca para agilizar los trámites", agrega el medio deportivo.
El abogado Rubiales
La misión de los opositores a Luis Rubiales no será fácil. Y es que, además, de su vínculo con el fútbol, el acusado tiene formación profesional como abogado y está rodeado de importantes figuras legales que le respaldan. Una posición que pareciera valerle para haber dicho las polémicas declaraciones en la asamblea extraordinaria donde todo el mundo esperó que dimitiera y para continuar su estrategia de "tiempo" para sacar ganancias de un suceso que ensució a las campeonas del mundo.